¡Impactante! Así luce actualmente el que fue el niño más fuerte del mundo
Hijo de dos inmigrantes ucranianos obsesionados con el fitness, el pequeño Richard Sandrak, con tan solo ocho años de edad, se pasó su infancia comiendo legumbres (por su alto valor proteico), durmiendo en el suelo para mejorar su postura y haciendo cientos de series de abdominales, sentadillas, entre otros ejercicios que podrían ser tortuosos para cualquier niño de esa edad. En total, Richard entrenaba hasta siete horas diarias, pero todo cambió cuando su padre acabó en prisión por violencia doméstica.
Richard Sandrak, defiende su exhibicionismo de infancia y deja bien claro que, siempre fue bajo su consentimiento, por lo que no es culpa de sus padres que se convirtiera en una máquina de gimnasio a tan temprana edad.
Cuando se conoció su caso alrededor del mundo, médicos y docentes quedaron atónitos y realmente preocupados por las consecuencias físicas y mentales que podría tener esa obsesión por cultivar el cuerpo.
La parte positiva es que el chico está sano y salvo, lleva una vida saludable a sus 25 años. El “pequeño Hércules” es ahora un grandulón simpático que parece haber desarrollado el natural y placentero gusto por las pizzas y los cruasanes de chocolate y ya no mantiene esa figura con menos de un 1% de grasa corporal que le propulsó a un dudoso estrellato.
Actualmente, Richard se paga las facturas como doble de acción en películas de Hollywood. Su trabajo consiste, mayormente, en calarse fuego varias veces al día y saltar desde alturas vertiginosas, pero se le ve feliz. Como cualquier otro joven de su edad.
Él todavía sueña con terminar sus estudios para trabajar como físico cuántico en la NASA. Si lo pone el mismo empeño que en sus abdominales de infancia, seguro que triunfa.
Con información de Infobae